canon, a los mártires que claman, “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (Apoc. 6:10). Este escrito del relato de Job, junto con los demás escritos bíblicos sobre este tema sirven de contragolpe devastador al evangelio popular de riquezas, popularidad, avivamiento numérico, y salud física. Job no sufrió porque él había pecado. La Biblia nos dice que él era un hombre recto, apartado de lo malo, y temeroso de Dios. Ni tampoco sufrió
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